El aprendizaje eficaz es el resultado de que la gente razone acerca de su propio comportamiento tal como debería. La mayoría de las personas no sólo no sabe cómo aprender, sino que ni siquiera es consciente de que resulta necesario. Esta mayoría lo concibe como una resolución de problemas concretos ante situaciones determinadas, y no captan que ha de ser una actitud autocrítica en el deambular de todos los días.
La resolución de problemas es importante, pero el verdadero aprendizaje conlleva un trabajo de introspección, o sea, un trabajo en el que se considera críticamente el propio comportamiento y a través del cual se intenta cambiar.
Veamos un ejemplo sencillo: imaginémonos un mecanismo a distancia que encienda cada fin de semana la calefacción de una casa a una hora determinada. Si su mecanismo dispusiera de un mini-ordenador que se preguntase por qué enciende la calefacción cada semana y a continuación analizase si tiene que ser cada semana o cada quince días, el mecanismo realizaría un proceso completo. En cambio, las personas suelen adoptar un aprendizaje simplista. Nos acostumbramos a huir de la crítica echando la culpa a cualquiera o incluso a todo el mundo menos a nosotros mismos.
Al final lo que hacemos es modificar nuestra conducta, no porque nos digan qué debemos cambiar, ni porque la empresa en la que trabajamos nos envíe a un cursillo, sino porque sentimos una necesidad interior de mejorar.
domingo, 24 de junio de 2007
Capítulo: El aprendizaje
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