domingo, 24 de junio de 2007

Capítulo: Cómo ocupamos nuestro tiempo

El hombre, generalmente, programa su tiempo en función de la necesidad de afecto y de reconocimiento. Las formas en que las personas ocupamos el tiempo siempre son las mismas, aunque la importancia que se le dé a cada una de ellas sea distinta.

A continuación le ofrecemos una clasificación de las formas en las que las personas ocupamos el tiempo.

- Pasatiempos: son formas de pasar el tiempo de modo cortés, hablando de cosas sin importancia y consiguiendo el máximo de reconocimiento sin comprometerse demasiado. Se utilizan para llenar el tiempo o perderlo. Acostumbran a consistir en pasar el rato charlando sobre temas de actualidad u otros.

- Juegos psicológicos: son las comunicaciones que refuerzan nuestros sentimientos negativos captados en nuestra época infantil. Son las trampas psicológicas a través de las cuales nos manipulan o manipulamos a los demás. Algunos pueden durar cinco minutos. Otros, en cambio, pueden ser el jefe de toda nuestra vida. Su resultado siempre es negativo.

- Intimidad: esta manera de comunicarnos proporciona la mayor cantidad de caricias dotadas por el compromiso que significa compartir emociones, experiencias y pensamientos en una relación honesta de mutua compañía. En este tipo de comunicación, uno no se pretende aprovechar del otro; al contrario, el interés por dar y recibir afecto potencia nuestras cualidades naturales.

- Rituales: son las comunicaciones de entendimiento basadas en la relación social externa. Se dan bajo pautas de buenos modales, educación y cortesía. Son transmitidas por nuestros padres, abuelos, maestros, etc; y pasan de generación en generación. Algunos rituales: "Hola", "Adiós", "¿Qué tal?".

- Actividad: son aquellas acciones consideradas generalmente como trabajo y dirigidas hacia el contacto con la realidad. Puede llevarse a cabo individualmente o en compañía de otras personas.

- Aislamiento: son los diálogos internos que escuchamos. Si resultan obsesivamente imaginativos y cupabilizadores respecto al pasado o angustiosos respecto al futuro, son negativos. Si, por el contrario, se refieren al "aquí" y al "ahora" y sirven para reflexionar, meditar o relajarse, son positivos.

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