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Y hablar de ídolos, es referirse a personas.
Admirar al cebiche, la “creatividad peruana”, el “pendejismo criollo”, al cajón y los valses, al pisco no llena tanto como creer e idolatrar gente.
El Perú necesita seres humanos, que destaquen en algún campo por sus méritos propios… o que tengan hazañas y proezas dignas de ser comentadas, y hasta emuladas. Héroes que hayan ganado, aunque sea alguna simple batalla; conquistadores que hayan traído prosperidad a sus gobernantes y pueblo; políticos -que comprometidos con su gente- hayan conseguido logros sin un costo excesivo que pagar.
El Perú necesita de peruanos a quien admirar.
“Pese a su humilde extracción social, los aurigas eran, los ídolos del pueblo. Éste tenía necesidad de ídolos, alguien a quien admirar, alguien que lo sacara de las miserias de su vida cotidiana” (Jiménez, 2007: http://www.ub.es/grat/grat39.htm)
Una vez me dijeron; “al menos ustedes tienen a Marcos”. Quedé sorprendido. La verdad no creía a quién se refería esta persona. Efectivamente, era al “Sub”. A un pseudopolítico cuyo capital intelectual nunca fue de talla mayor para ser un personaje relevante y que, disfrazado con pasamontañas y rodeado de indios, se proclamó como redentor.
(Nota para el Perú: El Subcomandante Marcos es -o fue- el principal líder intelectual que encabezó el movimiento zapatista autollamado de Liberación Nacional, que generó una expectativa, sobre todo mundial, y que hizo creer en un momento que en México se daría autonomía a las comunidades indígenas del sur del país. A Marcos sobre todo se le identifica con su pipa y su pasamontañas; la identidad de su persona y rostro devino un supuesto misterio.)
No tengo problema personal con el Sub, solamente que leí un ensayo de De la Grange y Rico intitulado “Marcos, la genial impostura” (http://www.liberalismo.org/articulo/11/) justo en la efervescencia mediática que se generó en mi país (hace 10 años)… porque revolución social o de conciencia nunca fue, en mi humilde opinión. En fin, si Marcos nos generó simpatías fue porque el gobierno de Zedillo con su antipático procurador Antonio Lozano Gracia era, ¡justo lo que menos tenían!
Perú quiere ídolos. Busca personajes a admirar. Parece negar los tantos que tiene. Ellos no bastan, buscan alguno que sintetice a todos; a todos los niveles socio-económicos… todas las sangres: las andinas, las selváticas y de la costa. Se busca un héroe no humano. Uno infalible pero sencillo.
Rocangliolo, Lombardi, Baca, Vargas Llosa por una parte. En otra categoría Néctar, Grupo 5, la muñequita Sally. Pizarro (ya no), ahora Paolo el Guerrero… pero quien admire a uno de esta lista, seguramente rechazará ¡al resto de la misma lista!
Si hablamos de política en busca de quién admirar: Alan, Toledo o Humala… ¡mejor no, no tiene caso!
En Perú se busca un ídolo, un héroe. ¿Los Jotitas? Muy jóvenes y provienen de cono. ¿Horna y Miranda? Demasiado high class. ¿Bryce? Ha plagiado.
(Para México: se le llama conos a los extremos geográficos de la ciudad donde se concentran los asentamientos humanos; algunas de ellos son zonas más bien marginales. Los Jotitas son los discípulos de la sub 17 de J. J. Oré; brillante técnico que hizo un magnífico trabajo con estos jóvenes provenientes de clases más bien populares.)
Los ídolos se tienen para inspirarnos, mis ídolos han estado a mi lado por ciertos periodos; luego se olvidan, se tienen otros.
Los héroes patrios que México tiene, yo creo, que sólo son iconos gráficos, meramente para desfiles de fechas patrias, rituales caducos, vacíos de significados… para polos con siglas del EZLN sin que nadie entienda sus ideales.
////Recuerdo en un bar de La Habana, donde cada extranjero -incluido yo- tenía a su “acompañante de color” (interracialidad sexual) y de pronto; al calor del ron, de la hora y la música en vivo, la mexicanada comenzó a gritar “¡Viva el Ejército Zapatista!”. O sea, el grupo de mexicanos que fue de tour sexual a la isla resultaba comprometido con una causa social indígena de un estado del sur del país (Chiapas). Vaya. ¿Es ese el impacto de los héroes e ídolos en las mentes?////
Héroes, mis ídolos, ¿quiénes han sido? Mis profesores, quizá demasiado pocos. Músicos, cantantes; varios. Hace mucho tiempo Emmanuel de México y no tengo por qué negarlo. Desde hace menos años Rubén Blades (bleidz, así se dicen en su propia Panamá) y últimamente algunos del Perú como William Luna. ¿Escritores? Peruanos varios (Edgardo Rivera, Guillermo Nugent, Santiago Rocangliolo, Daniel Titinger), centroamericanos también encuentro algunos que admirar y quisiera emular (como Fernando Contreras Castro, tico que escribe para editorial Farben y adquirible en Lima). ¿Deportistas? Bueno, casi me he retirado de los deportes de competencia, pero me agrada la personalidad de Del Solar cuando menos, o la garra del Chino Miranda.
Y es que en cuestión de héroes e ídolos, me dedico a buscar con lo que me identifico; aquéllas cualidades creativas, ecuánimes, que yo mismo pueda tener cuando menos a niveles inferiores y así motivarme a trabajar para tratar de alcanzar.
Como escritor, docente e investigador cuando regrese a México, quisiera volverme un ejemplo para los demás. Porque no tenemos personas de carne, hueso, grasa y pelos a quien admirar… porque debemos admirar a quienes nos rodean y para esto hay que comenzar aceptando cómo somos y cómo son los demás. Basta de buscar en el pasado y de negar lo próximo; la síntesis de lo que soñamos me parece imposible…
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