sábado, 20 de septiembre de 2008

medicina orthomolecular

Técnicas

¿Qué es la medicina ortomolecular?

En 1968, el eminente químico estadounidense Linus Pauling denominó así al control de la concentración de las sustancias naturales del cuerpo humano, para prevenir y tratar enfermedades. La medicina ortodoxa no ha adoptado esta práctica. Un médico argentino la está aplicando en el norte del país.

El doctor Linus Pauling -Premio Nóbel de Química 1954, Premio Nóbel de la Paz 1962- escribía lo siguiente en un artículo de la revista Science, en 1968: "He acuñado el término de Medicina Ortomolecular para referirme a la conservación de la buena salud y el tratamiento de las enfermedades variando las concentraciones de las sustancias normalmente presentes en el cuerpo huma­no y que son necesarias para la buena salud".

Actualmente, en Resistencia, Chaco, el doctor argentino Ricardo Weschenfeller, recibe pacientes de todo el país y del exterior, y está formando en esta técnica a médicos de varias partes del mundo. "Muchos de los pacientes que vienen, ya pasaron por otros consultorios y están probando alternativas. Pero también hay muchos que se acercan simplemente para estar mejor". Su Centro Médico de Revitalización es también su lugar de residencia. El espacio donde se practican los tratamientos es una mezcla de sala de hemoterapia y living. Tapices y cuadros, sillones amplios, y pies porta-sueros.

Energía cariñosa

El doctor Weschenfeller se recibió de médico hace 40 años, y trabajó como traumatólogo, cardiólogo y ciru­jano. Pero hoy está convencido de que en todo trata­miento curativo se debe transferir el poder del amor o, como él prefiere denominarlo, "la energía cariñosa".

-Cuando era un médico recién recibido, ¿también creía en la energía cariñosa?

-No, nada que ver. Conocí a Pauling en el '82, en San Pablo, pero no le creí. Pauling decía que un cáncer se cura con 20 gramos diarios de vitamina C. Así como eso, todo lo que fui cuestionando, también lo fui aplicando para comprobar o no su éxito. Y comenzó a suceder que a todo lo que yo decía "No", se me presentaban oportu­nidades para darme cuenta de que era "Sí”. El cuestionamiento hizo que investigue hasta que tuve que tirar las orejeras que me tapaban la visión.

Consejos del doctor Weschenfeller

• Tomar antioxidantes a partir de los 35 años, cuando desaparece la enzima superoxidismutasa, inhibidora de los radicales libres. También complejos vitamínicos, lecitina de soja, omega 3.

• Prevenir lo que no se puede curar. Cada uno es dueño y guardián de su salud.

• Vino tinto: malbec y cabernet son los más recomendables. Tiene efectos antigrasa arterial.

• Armar la estrategia personal para ser feliz y llegar a la paz mental.

• Cinco días por año para hacer este tratamiento. (Cuesta 100 dóla­res cada aplicación).

Contacto: www.antiedad.com.ar


-¿Qué sucedió?

-Yo tenía 15 años de traumatología, de la escuela tradi­cional, es decir: yeso, cirugía, infiltración. Un amigo cer­cano viene a consultarme por un esguince de rodilla y le receto lo más práctico, que es un corticoide y hacerle una infiltración. Pero el medicamento le provocó gas­tritis así que tuvo que ir al gastroenterólogo, que le dio otro remedio que curaba la gastritis, pero a su vez, esto le produjo impotencia. Entonces le dicen que consulte a un psiquiatra y haga una terapia, pero al año se sui­cidó. ¿Quién me convence que yo no tuve la culpa al rece­tarle corticoides? Entonces empecé a buscar alternativas que no hicieran daño. Busqué la acupuntura, la auriculoterapia, medicina natural. Caí en un cuadro depresivo y sentí que se me marcaba un ciclo, pero me faltaba un ingrediente, que era lo espiritual. Un día, una persona me habló de Trigueirinho. Me dijo que se trataba de un librepensador brasileño, que tiene un centro espiritual en la localidad de Figueira, en el inte­rior del estado de Minas Gerais, en Brasil. Empecé a leer sus libros y los de sus seguidores. Ahí ví que uno de ellos, Clemente (José María Campos), es un médico que estaba usando aceite de ricino, algo muy bueno, que yo lo había empezando a comprobar y a administrar en determina­dos pacientes. Es decir, fui a la misión de Trigueirinho pero no para aprender, sino simplemente a ver qué esta­ban haciendo, con todo el escepticismo del mundo, por­que no creía en nada de eso. Esto no me lo enseñaron en la Facultad, entonces no tenía un marco científico para creer. Pero terminé convencido de que "todo lo que cura, sirve'. No soy más dogmático. Soy práctico.


-¿Cuándo creyó en las palabras de Trigueirinho?

-Cuando me hizo una demostración de poder. En Figueira se habla lo menos posible y se medita todo el día. Las partilhas son reuniones que se hacen los miércoles y el único que habla es Trigueirinho. A esas reuniones uno va con la necesidad de una respuesta, y seguramente te la da. Mi primera experiencia con Trigueirinho fue luego de un largo viaje desde San Pablo, me instalo y voy a la primera partüha. Cuando veo a Trigueirinho, veo un hombre pequeñito, chiquito, yo pensé -y perdón por la franqueza- "¿por este boiudo me hice tantos kilómetros?", en ese pre­ciso momento se da vuelta, me mira, me saluda de lejos y empecé a ver que la cara de él se diversificaba y apare­cían varias caras girando como un caleidoscopio. Cuando terminó la partüha me saludó de lejos. Me quedé mudo y nunca más cuestioné nada.

El equilibrio justo

El centro se va poblando de pacientes. Una vez que fueron canalizados, se sientan en los amplios sillones y esperan que el suero corra por sus venas, mientras char­lan. El bullicio y las risas recuerdan más a un club de ami­gos que a un centro de tratamiento.

“Me curó el amor de Andrés”

Marcelina Amarilla de Velazco tiene 77 años y cuando se ríe mueve todo su metro cincuenta de estatura. Su caso fue el primero en que el doctor Weschenfeller trató con la técnica de quelación, hace 10 años. Venía desahu­ciada, con cáncer con metástasis hepática, 38 kilos de peso y la extrema unción ya dada por el cura del pueblo. Cuando la manda­ron a su casa para esperar el desenlace supuestamente previsto por los médicos, Weschenfeller comenzó a tratarla con medicina natural, como preparados con cebollín, una planta que es plaga en la zona del norte y que tiene propiedades milenarias de sanación.

En ese tiempo, el doctor utilizaba preparados de hierbas casi en bruto, por lo tanto el marido de Marcelina, Andrés, iba al monte, le pedía permiso a las plantas para cortarlas y hacía los preparados como el doctor le indicaba. "Me los preparaba con tanto amor, que creo queme curó el amor del Andrés", recuerda Marcelina.

El doctor le aplicó el suero con kelantes por primera vez. Ahora ella concurre a los hospitales para ayudar a los pacientes con cáncer, para que no pierdan la fe ni se depriman.

"Significa la molécula justa o apropiada.

La idea es tener equilibrio en las

moléculas del organismo,

sin excesos ni carencias".


La elegante dueña de un comercio de un pueblo vecino que tenía síndrome de fatiga crónica. Cuatro herma­nas divertidísimas que viven en distintos pueblos y se juntan para controlar su nivel de presión arterial y revitalizarse. Un docente universitario con insomnio. Varios señores a los que les iban a amputar piernas por obstruc­ciones arteriales, diabetes o complicaciones de trata­mientos anteriores. Y todos allí, como vivas muestras de la efectividad de los procedimientos.

Las estadísticas del Centro Médico de Revitalización cuen­tan que entre 900 pacientes, que pasaron en 10 años, un 99% obtuvo resultado muy bueno, en el 1% no funcionó, pero ninguno ha empeorado. "En una terapia intensiva mueren 3 pacientes por día, pero si se nos llegara a morir un paciente, tendríamos quehacer las valijas e irnos, por­que la medicina tradicional toda nos está mirando con lupa", reconoce el doctor.

-¿Cuál es concretamente el tratamiento que usted utiliza?

-La gente que me sigue sabe que no receto, o receto muy poco, que mando a tomar vitaminas y oligoelementos, es todo lo que hacía Linus Pauling (ver recuadro). En Figueira aprendí a hacer la quelación. Kelato quiere decir garfio, porque atrapa los elementos, los lleva y eli­mina. Es un lavado arterial por medio de sueroterapia,

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LINUS PAULING

Químico estadounidense, uno de los primeros químicos cuánticos y una de las pocas personas que han recibido el Premio Nóbel en más de una ocasión. Recibió el Nóbel de Química en 1954, por su trabajo en el que describía la naturaleza de los enlaces químicos y el Nóbel de la Paz en 1962, por su campaña contra las pruebas nucleares terrestres. Fue uno de los funda dores de la biología molecular) abogó por el consumo de gran­des dosis de vitamina C. En el libro "Cómo vivir más y sentirse mejor", dice: "General­mente, se piensa que una sustancia que pretende curar enfermedades distintas no puede ser eficaz contra ninguna de ellas, sin embargo, existe evidencia resumida en este libro, muestra que un gran consumo de vitamina C ayuda a controlar muchas enfermedades, no sólo el resfriado y la gripe, sino otras de origen viral o bacteriano como la hepatitis, y algunas no relacionadas entre sí como la esquizofrenia, las enferme­dades cardiovasculares y el cáncer.

Hay una razón para ésta diferencia entre la vitamina C y los fármacos normales, por un lado la mayoría de estos son sustancias poderosas que actúan en forma específica para controlar una determinada patología, sin embargo pueden afec­tar otras partes del cuerpo no enfermas, produciendo efectos secundarios que los hacen peligrosos,

Por otro lado, la vitamina C es un componente normal del cuerpo, necesario para la vida, involucrado prácticamente en todas las reacciones bioquímicas, y especial­mente en mecanismos protectores. Una persona que ingiere sólo los 60mg de vita­mina C recomendados por la R.D.A. (Recommended Daily Allowance -Dosis Diaria Sugerida-) que es la aconsejada oficialmente en USA, padece aquello que podría lla­marse 'mala salud normal', que los médicos y nutricionistas llaman 'buena salud normal', pero donde las reacciones bioquímicas no funcionan eficazmente. El con­sumo óptimo de la vitamina C, junto con otras medidas, puede así proporcionar una buena salud, con mayor protección de las enfermedades. El incremento en la protección se asegura fortaleciendo el sistema inmunitario, un proceso en el que la vitamina C juega un papel determinante. El con­sumo óptimo es por necesidad elevado, y cuando aprendamos esta lección y se ponga en práctica, la protección proporcionada por la vitamina C podría muy bien ser el método más importante de la medicina ortomolecular".

Más información: http://lpi.oregonstate.edu/

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La quelación es un lavado arterial por medio de sueroterapia, que permite retirar metales pesados del organismo como plomo, hierro, antimonio» cobre y calcio y eliminar tos radicales libres, en el cual se aplica un producto quelante, el E.D.T.A (ácido etilendiaminotetraacético), que permite retirar metales pesados del organismo como plomo, hierro, antimonio, cobre y calcio (inerte, pues puede aportar calcio a los huesos y está indicado para casos de osteoporosis). Este elemento también permite eliminar los radicales libres (moléculas que pueden producir una alteración genética sobre las células, aumentando el riesgo de cáncer y envejecimiento). De esta manera, hago una limpieza de intersticio, que es el espacio entre las células y es el equivalente a la celuloterapia, sólo que más barato y con menores trastornos.

-¿Por qué se llama a esta medicina "ortomolecular"?

-Significa la molécula justa o apropiada. Es la que uti­liza productos que tenemos en el cuerpo. La idea es tener equilibrio en las moléculas del organismo, sin excesos ni carencias.

-¿En qué consiste la vacuna antiedad?

-Es una Auto Hemoterapía, es decir, se extrae una jeringa de sangre, se agrega ozono, elementos vegetales, Melatonina, Vitamina B15, Procaína (anestésico local de origen vegetal) y le pasamos información utilizando un láser que provee de nutrición celular. Luego se vuelve a inyectar esa sangre. Es muy raro que se presenten reacciones, tal vez puede darse un estado subfebril tipo gripal que indica que existe una eliminación de toxinas acumuladas y la con­sideramos como una reacción buena. Pero los efectos bené­ficos son inmediatos, se nota en la hidratación de la piel y un mejoramiento del estado de ánimo en general. Yo siempre propongo el tratamiento, pero sin expectati­vas, para no generar ansiedad. Hay gente que viene por una cosa y también se cura otras. Vienen con una mico­sis en un pie y también se curan la gastritis, por ejemplo.

-¿Cómo se relaciona su centro con los laboratorios y las obras sociales?

-Los laboratorios imponen el resultado de las investiga­ciones para sacar drogas nuevas. Es la inquisición médica que funciona. Somos producto de la sociedad de con­sumo médico a través de los personeros de las transna­cionales que son los visitadores médicos. Acá no entra ninguno desde hace 10 años. Las obras sociales no cubren el tratamiento, si no, debería duplicar el costo. •

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