Uno puede entrar cansado y fastidiado pero sale estimulado, tanto física como psíquicamente, sobre todo por el trabajo con la agresividad.
La consecución de dicha finalidad, implica toda una serie caleidoscópica de objetivos intermedios, con una trascendencia humana y social tan hermosa como poco conocida. Entre ellos figuran:
-Toma de conciencia y aceptación del propio cuerpo, con todas las trabas obsesivas que se rompen (flacidez, exceso de senos, falta de gracia corporal, tanto a nivel individual como grupal. La primera toma de conciencia del propio cuerpo comienza a sentirse a través de las agujetas.
-Escuchar interiormente el propio cuerpo y como trabajan músculos necesarios, de acuerdo al principio de la máxima estabilidad y el mínimo gasto energético.
-Reducir y recordar la capacidad corporal para el juego y el goce implícito en el mismo, haciéndonos extensivos a la agresividad y a la comunicación interpersonal a través del juego.
-Avivar el mundo sensitivo y sensual mediante el trabajo de la columna vertebral, el bajo abdomen y la pelvis.
-Control del cuerpo, conocimiento del propio eje corporal, del volumen (dimensión corporal) y del movimiento con el mismo gasto energético. Esto permite una ubicación correcta en el espacio tanto del cuerpo individual como del grupal, lo que se taduce que en la relación con los demás , así como los movimientos se dulcifican , se hacen menos compulsivos.
-Capacidad para pasar de la relajación total a explosión violenta del KI (Kime) y retornar de inmediato a la relajación como hacen los animales de la naturaleza.
- Mejorar lo biorritmos y de la utilización de la propia energía vital, tanto por el conocimiento interior del cuerpo como por la optimización de la respiración, consiguiendo que las constantes vitales –ritmo respiratorio y cardíaco, flujo sanguíneo- alcancen su valor más equilibrado.
- Desarrollo de la voluntad, la constancia, el deseo de la superación personal, de la humildad para aceptar las propias limitaciones y de la capacidad para soportar el dolor físico.
- Enviar datos a la mente, tanto del cuerpo como del mundo exterior, que ésta jamás procesó y que repercutirán en nuevas reestructuraciones de la unidad existencial del individuo.
- Desarrollo de una armónica coordinación muscular, en secuencia pogresiva, para sólo imprimir potencia en el instante del supuesto impacto lo cual obliga al practicante a controlar su sistema nervioso, empleando sólo aquellos músculos que requieren la técnica y manteniendo relajados los restantes para evitar dispersar la fuerza.
-Facilitar el medio idóneo de expresión corporal , mediante el cual el practicante proyecta plásticamente sentimientos internos tan significativos como la agresividad, sinceridad, pura de espíritu, odio y amor sin necesidad de recurrir a los cinco sentidos que procesa la mente.
-Liberación y control de la agresividad en la práctica normal y en el combate sin contacto, gracias a un riguroso autodominio psico-somático. Recodemos que la adrenalina se libera con el grito y la explosión violenta de la técnica, pero que para ello basta un par de minutos. Mantener esa técnica más de ese tiempo tiene un efecto negativo que anula la liberación conseguida.
- Explicación a través de Ejemplo.
- El alumno llega a clase con una dosis acumulada de adrenalina de la actividad diaria (laboral, familiar, social, afectiva) esa cantidad se libera fácilmente en dicho tiempo, pero si persistimos en estimular su agresividad, llega un momento en que el cansancio y la imposición comienzan de nuevo a actuar sobre él, activando de nuevo la secreción de adrenalina, debido al odio que comienza a sentir inconscientemente hacia el profesor que lo aguijonea injustificadamente y que para él es una figura omnipotente querida y temida a la vez, como se da en el proceso de la psicoterapia con la tansferencia del paciente, que puede ser positiva o negativa, (sentimientos del paciente hacia el terapeuta)
- Liberación de energía negativa, tales como exceso de calorías angustias y temores físicos y psíquicos, a través de la creación plástica corporal.
- Un perfecto equilibrio y control de la respiración y, consecuentemente , de la concentración y relajación, así como un adecuado aprovechamiento de la energía que se insufla durante la inspiración, (prahna).
- Una grata sensación de seguridad física que facilita en gran medida el camina tranquilo por la calle, fuera del alcance de la violencia que se percibe en el medio ambiente.
- Unas excelente flexibilidad, elasticidad, fuerza muscular y rejuvenecimiento del cuerpo, así como una gran resistencia muscular para todo tipo de deportes o trabajos físicos.
- Una cálida sensación se solidaridad p0r la práctica colectiva y en parejas, así cómo una hermosa percepción integradora de la naturaleza cuando se trabaja individualmente en contacto libre con ella.
- Las artes marciales al igual que la Hata yoga, trabajan fundamentalmente la columna vertebral y la zona pelviana, cruz corporal donde radica la fuente de la vida, de la salud y del equilibrio psico-somático. En éste punto convergen y se engarzan las artes Marciales, el Hata yoga y el Tao, siendo posible desde él y a través del mismo conseguir una armonía entre ellas que nos proporcione en las condiciones en que se desarrolla nuestra existencia, el camino idóneo para alcanzar la integración correctas entre el cuerpo, la mente y el espíritu.
- La toma de conciencia, control y aceptación de nuestro cuerpo, se viven de forma muy gratificante, siendo éste uno de los mayores estímulos para que los practicantes continúen. Esto obliga a que en la programación de las clases, lo ejercicios de coordinación corporal ocupen un lugar prioritario.
- Hemos dicho anteriormente que el equilibrio cuerpo-mente implica un correcto equilibrio bioenergético , bioquímico, un flujo continuado y armónico de la energía vital ,del KI. Dicho equilibrio frágil cómo el cristal es roto fácilmente por las agresiones frustraciones del medio, inhibiciones, traumas de todo tipo, dietas incorrectas... produciéndose acumulaciones puntuales de energía negativa que bloquean el flujo normal del KI, apareciendo así personalidades violentas y agresivas.
- Ahí radica el más hermoso objetivo de las Artes Marciales “en la restauración y reforzamiento del equilibrio psico – somático desde y a través del cuerpo en armonía con las leyes que rigen los fenómenos naturales y la plena vivencia con ellos.
- Precisamente por esto, y dentro de la filosofía de las artes Marciales, la búsqueda de la verdad existencial, el respeto a los demás, a la vida, la humildad, el respeto a la muerte, la sinceridad el eludir la violencia siempre que sea posible, son ejes motrices en la conducta del practicante de estas bellas disciplinas.
- La práctica de un continuo entrenamiento en el combate, no tiene por finalidad la agresión, sino por el contrario la no violencia -siempre que sea posible- conscientes de que en la pelea aun cuando se salga victorioso, siempre se recibe un daño físico o moral directamente o, indirectamente, por el daño causado al otro.
Seleccionado y transcipto, por Lic. Nelson A. Bernasconi).
1 comentario:
Lic. Bernasconi.....
gracias por su luz.....
recuerde que para triunfar en la vida, no es importante llegar el primero. Para triunfar simplemente hay que llegar, levantándose cada vez que se cae en el camino.
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